¿Por qué el ser humano es religioso?
<blockquote>Un
tema de sobra trillado, pareciera no tener importancia en estos
momentos de nuestra historia, sin embargo, si la cultura es cambiante y
hace pensar y actuar al hombre de distintas maneras, no es nada extraño
hablar, motivados por estos cambios tan acelerados, de un tema cultural
como es la religión.
</blockquote><blockquote>Una verdad
incontestable: “El hombre desde su origen es religioso”, desde siempre
pensó y buscó la trascendencia. Una prueba de esto, son los monumentos
primitivos que como menhires y dólmenes, que lo mismo podrían ser un
altar que un monumento funerario. Civilizaciones tan antiguas y que
entran en la historia, como lo sumerios y los egipcios, no sólo nos
dejan monumentos claramente elocuentes de las vivencias religiosas del
ser humano, y que como los sigurats y las pirámides, no nos dejan duda
de la existencia de ritos, rituales y narraciones sobre la comunicación
del hombre con un ser superior. No es nada temerario afirmar que los
hombres somos, desde el origen practicantes religiosos, que buscamos la
trascendencia, que descubrimos una exigencia de orden natural, hacia la
búsqueda y encuentro con Dios.
</blockquote><blockquote>Virgilio,
escritor romano, relata una leyenda procedente de la mitología griega
que nos va a servir mucho en este tema: “En los bosques vivían unos
seres llamados los nemorasi” (su oficio era recordar a
los humanos que arriba estaba el Creador). Y dándole más fuerza a la
leyenda, también decía: “La Diana nemorensis protegía los bosques y la inspiración e inquietud del hombre para que no se olvidara de la visión trascendente”.
</blockquote><blockquote>En
estos momentos, hablar de este tema es casi una novedad. Una novedad
digo, porque acaso se ha olvidado, pero afirmando que sí es una
novedad, pues la ciencia lo está renovando. La física por ejemplo, nos
da la explicación: “De la partícula de Dios”; las matemáticas, la
fórmula de Dios; grupos estudiosos, se enfocan al fenómeno religioso.
Por todo esto decimos enfáticamente: La ciencia, la filosofía y la
teología nos van a dar bases para decir: El hombre es religioso por
naturaleza.
</blockquote>En el caminar de la historia
humana, se dan tres actitudes con referencia a la existencia de Dios y
al tema religioso: La que admite y busca a Dios, la que lo niega y lo
rechaza, y la que sin negarlo no lo busca. De estas tres posiciones la
primera es un sistema, la segunda y la tercera son actitudes. El
ateísmo se da en aquellos en los que por orgullo, arrogancia o
autosuficiencia, engañando a su conciencia y a sus valores
fundamentales, pretenden negar a Dios. La tercera actitud está formada
por aquellos hombres y mujeres que admitiendo la existencia de Dios, en
la práctica ni lo tienen en cuenta y obran y actúan como si no
existiera, siendo esta actitud más peligrosa que la anterior, pues esta
constituye un verdadera ateísmo práctico. Remato con una narración
Volteriana en su libro de cuentos, narraciones y sueños. Un grupo de
enciclopedistas franceses en los que se encontraba Voltaire, se
reunieron para celebrar la victoria de la razón sobre la Fe: “Nada de
lo que no sea comprobable por la razón, existe. Si Dios no es
comprobable por la razón no existe”. La narración dice: Estando
reunidos en punto de ebriedad, todos menos el aludido Voltaire, este
escuchó un toquido en la puerta de la sala de reunión, apareció un
hombre de mediana edad con mirada adusta y grave pero con actitud
digna, ¿Es usted también invitado a la fiesta? No, “contestó el
ocasional visitante pero oí mi nombre y quiero pedirles disculpas
porque estén sufriendo porque yo exista, yo soy Jesús”. ¡Conclusión! El
hombre es un animal religioso que busca por naturaleza al Creador. El
ateísmo por sistema no existe, es una consecuencia de un estado
emocional o de una falta de formación familiar y humana. Que el
verdadero grupo temible es el de la indiferencia: Dios existe, pero no
me interesa, por desgracia siendo esto el ateísmo práctico y más
abundante.
<blockquote>Un
tema de sobra trillado, pareciera no tener importancia en estos
momentos de nuestra historia, sin embargo, si la cultura es cambiante y
hace pensar y actuar al hombre de distintas maneras, no es nada extraño
hablar, motivados por estos cambios tan acelerados, de un tema cultural
como es la religión.
</blockquote><blockquote>Una verdad
incontestable: “El hombre desde su origen es religioso”, desde siempre
pensó y buscó la trascendencia. Una prueba de esto, son los monumentos
primitivos que como menhires y dólmenes, que lo mismo podrían ser un
altar que un monumento funerario. Civilizaciones tan antiguas y que
entran en la historia, como lo sumerios y los egipcios, no sólo nos
dejan monumentos claramente elocuentes de las vivencias religiosas del
ser humano, y que como los sigurats y las pirámides, no nos dejan duda
de la existencia de ritos, rituales y narraciones sobre la comunicación
del hombre con un ser superior. No es nada temerario afirmar que los
hombres somos, desde el origen practicantes religiosos, que buscamos la
trascendencia, que descubrimos una exigencia de orden natural, hacia la
búsqueda y encuentro con Dios.
</blockquote><blockquote>Virgilio,
escritor romano, relata una leyenda procedente de la mitología griega
que nos va a servir mucho en este tema: “En los bosques vivían unos
seres llamados los nemorasi” (su oficio era recordar a
los humanos que arriba estaba el Creador). Y dándole más fuerza a la
leyenda, también decía: “La Diana nemorensis protegía los bosques y la inspiración e inquietud del hombre para que no se olvidara de la visión trascendente”.
</blockquote><blockquote>En
estos momentos, hablar de este tema es casi una novedad. Una novedad
digo, porque acaso se ha olvidado, pero afirmando que sí es una
novedad, pues la ciencia lo está renovando. La física por ejemplo, nos
da la explicación: “De la partícula de Dios”; las matemáticas, la
fórmula de Dios; grupos estudiosos, se enfocan al fenómeno religioso.
Por todo esto decimos enfáticamente: La ciencia, la filosofía y la
teología nos van a dar bases para decir: El hombre es religioso por
naturaleza.
</blockquote>En el caminar de la historia
humana, se dan tres actitudes con referencia a la existencia de Dios y
al tema religioso: La que admite y busca a Dios, la que lo niega y lo
rechaza, y la que sin negarlo no lo busca. De estas tres posiciones la
primera es un sistema, la segunda y la tercera son actitudes. El
ateísmo se da en aquellos en los que por orgullo, arrogancia o
autosuficiencia, engañando a su conciencia y a sus valores
fundamentales, pretenden negar a Dios. La tercera actitud está formada
por aquellos hombres y mujeres que admitiendo la existencia de Dios, en
la práctica ni lo tienen en cuenta y obran y actúan como si no
existiera, siendo esta actitud más peligrosa que la anterior, pues esta
constituye un verdadera ateísmo práctico. Remato con una narración
Volteriana en su libro de cuentos, narraciones y sueños. Un grupo de
enciclopedistas franceses en los que se encontraba Voltaire, se
reunieron para celebrar la victoria de la razón sobre la Fe: “Nada de
lo que no sea comprobable por la razón, existe. Si Dios no es
comprobable por la razón no existe”. La narración dice: Estando
reunidos en punto de ebriedad, todos menos el aludido Voltaire, este
escuchó un toquido en la puerta de la sala de reunión, apareció un
hombre de mediana edad con mirada adusta y grave pero con actitud
digna, ¿Es usted también invitado a la fiesta? No, “contestó el
ocasional visitante pero oí mi nombre y quiero pedirles disculpas
porque estén sufriendo porque yo exista, yo soy Jesús”. ¡Conclusión! El
hombre es un animal religioso que busca por naturaleza al Creador. El
ateísmo por sistema no existe, es una consecuencia de un estado
emocional o de una falta de formación familiar y humana. Que el
verdadero grupo temible es el de la indiferencia: Dios existe, pero no
me interesa, por desgracia siendo esto el ateísmo práctico y más
abundante.